Seleccion de futbol de Hungria, o cómo hacer 5 goles por partido y no salir campeón del mundo. Esa sería una forma de ver la participación de aquella selección en el Mundial de 1954. Pero la historia no la escriben solamente los campeones. Repasemos, entonces, aquella participación en la Copa del Mundo en el contexto de una de los equipos que más aportes realizó al fútbol tal como lo conocemos. En el artículo anterior hablamos de Alemania Mundial 1974.
Hungría no clasifica a un Mundial desde México 1986, y sus últimas participaciones terminaron en primera fase, pero hubo una época en la que fue una de las potencias más temibles, gracias a su estilo de juego dinámico, a la idea de que una selección debía conformarse en torno a un plantel regular (la espina dorsal de la selección era un grupo de futbolistas del Budapest Honvéd Football Club) y a la concepción novedosa de que cualquier jugador podía ocupar cualquier posición si la circunstancia del partido o el planeamiento táctico así lo requerían. Además de jugadores fuera de serie (como Ferenc Puskás que anotó 84 goles en 85 partidos con su selección), Hungría fue la selección que adoptó el revolucionario sistema de juego conocido como Fútbol Total (que nació con el Ajax de Jack Reynolds y que luego explotaría al máximo la Holanda de los 70).
Seleccion de futbol de Hungria – equipo de Oro
Puskás no estaba solo. Lo acompañaban futbolistas como Sándor Kocsis, Zoltán Czibor, Nándor Hidegkuti, József Bozsik y Gyula Grosics, que, juntos, daban cuerpo a lo que se conoció como el Equipo de Oro.
Ese equipo llegó a los juegos Olímpicos de 1952 con un antecedente nada menor: hacía dos años que no perdía un partido. Hungría avanzó sin despeinarse en la etapa preliminar y en semifinales derrotó a Suecia 6 a 0 (la selección defensora de la medalla dorada) y 2 a 0 a Yugoslavia en la final.
El partido del siglo
El poderío de Hungría le hizo morder el polvo a las potencias de entonces. Inglaterra fue una de sus víctimas más notorias, en un partido que marcó un antes y un después en la concepción futbolística moderna.
Inglaterra nunca había sido vencida en su territorio por un equipo de fuera de las Islas Británicas. Pero el amistoso que presenciaron 105.000 espectadores en Wembley quedó para la historia, en primer lugar, por su resultado aplastante (a los 27 minutos Hungría iba 4 a 1 arriba y terminó 6 a 3, con un hat-trick de Hidegkuti, dos tantos de Puskás y otro de Bozsik. En segundo lugar, por la forma contundente en que Hungría le demostró al mundo que las innovaciones tácticas que proponía su fútbol total no eran un simple capricho, sino un engranaje de piezas racional y justificado. Es por esto que el encuentro se conoce como “El Partido del Siglo“.
A partir de entonces, Inglaterra comenzaría a adoptar las enseñanzas tácticas que le dejó ese partido. Un joven Bobby Robson vio el partido desde la tribuna y, años después, definió la importancia de aquel cotejo: “Vimos un sistema de juego nunca visto. […] Ese partido cambió nuestra forma de pensar. Pensamos que destrozaríamos a este equipo -Inglaterra en Wembley, nosotros somos los maestros, ellos los alumnos-. Pero fue totalmente al revés.“
La Copa del Mundo de 1954
Tres semanas antes del Mundial de Suiza volvió a derrotar a Inglaterra, esta vez en Budapest y por un margen más amplio aún: 7 a 1. Esa es, al día de hoy, la peor derrota que ha sufrido Inglaterra. Además de esa victoria-récord, Hungría traía el antecedente de no perder desde 1950.
El poderío de Hungría comenzó a hacer estragos: en el primer partido derrotó a Corea del Sur por 9 a 0, con hat-trick de Kocsis incluido; en el segundo, humilló a Alemania Federal por 8 goles a 3, con 4 gritos de Kocsis (pero con la lesión de Puskás, que lo dejó fuera de cuartos y semis).
Seleccion de futbol de Hungria – la Batalla de Berna
El 27 de junio de 1954 en Berna, se cruzaron Hungría y Brasil por los cuartos de final del Mundial de 1954. Los sudamericanos llegaban con la sangre en el ojo que le causó la herida de Maracaná y destrozaron a México en su primer encuentro (por 5 a0) y empataron con Yugoslavia en su segundo partido.
A los 7 minutos Hungría ya estaba 2 a 0 arriba, pero Brasil reaccionaría, descontando a los 18 minutos. A partir de entonces, el juego comenzaría a friccionarse, y lo que se anunciaba como un partido de juego fluido se entrecortaría permanentemente a causa de la sucesión de faltas que las dos partes cometían. No faltarían golpes, patadas truculentas ni invasiones de vestuario post-partido (de Brasil, a causa de un botellazo que lanzó un jugador Hungría). Pero tampoco faltarían goles, ya que así y todo llegarían tres más. El partido terminó 4 a 2 favorable a Hungría y así pasaría a la semifinal.
La primera derrota de Uruguay en un Mundial
Al igual que con Inglaterra, Hungría también rompería un récord histórico de otra selección. Esta vez, la víctima sería Uruguay. Nuestra selección había ganado las dos Copas del Mundo que había jugado y en las que no había perdido un sólo partido. Hungría se puso rápidamente 2 a 0 arriba y parecería que el segundo tiempo seguiría siendo igual de favorable para el Equipo de Oro. Pero un doblete de Juan Hohberg forzaría la definición en alargue. Pero Kocsis oscureció los sueños celestes, al hacer los dos goles para el 4 a 2 definitivo que llevó a Hungría a la segunda final de su historia (1938).
El Milagro de Berna
Recordemos que Hungría ya había vencido a Alemania Federal por 8 a 3 en la fase inicial, y -sobre todo- que Alemania transitaba los críticos años de pos-guerra. Para inclinar más aún la balanza de las previsiones, el plantel germano estaba compuesto por futbolistas aficionados. Por eso, Hungría llegaba al último partido del Mundial con las mismas expectativas con las que Brasil había llegado a la final del 50. Pero la historia volvería a repetirse.
A los 8 minutos, Hungría ya iba 2 a 0 arriba. Pero la reacción de Alemania fue instantánea y ya a los 18 minutos el partido estaba 2 a 2. El segundo tiempo fue una seguidilla de ataques húngaros que terminaron ahogados por la férrea defensa germana y por las manos del guardameta Toni Turek. Y el partido se definiría a falta de 6 minutos, con el gol que anotó Rahn para regocijo alemán y decepción de Hungría.
El dato de que Hugría anotó 5, 4 goles por partido (marca que aún es récord) quedaría como un consuelo de la estadística.
Seleccion de futbol de Hungria – La caída
Hungría no se desmoronó automáticamente, sino que la caída de su estrella a nivel internacional fue gradual hasta bien entrados los años setenta. Las razones pueden buscarse en varios frentes, pero el cambio principal en el desarrollo del fútbol húngaro fueron las consecuencias de la invasión soviética posterior a la Revolución Húngara, y el gobierno que se instaló.
La Revolución tuvo lugar mientras el Honvéd -el equipo que nutría a la Selección Húngara- disputaba la Copa de Europa. Tras perder un partido de ida ante el Atlético de Bilbao, los jugadores del Honvéd decidieron no volver a Hungría y trasladaron el partido de vuelta contra el Bilbao en Bruselas. El Honvéd no ganaría la serie y sus principales estrellas se instalarían en el fútbol de otros países.
Junto con el fútbol local, el fútbol de selecciones también fue disminuyendo su poderío, hasta llegar a desaparecer de los titulares de todo el mundo. Pero quienes fueron grandes una vez, están siempre llamados a volver a serlo.